Sobre mí

Cuando el COVID fue tangible




Este es un breve relato en Spotify de cuando el COVID-19 transformó la cotidianidad de una profesora y cómo el paso del tiempo es visible durante la cuarentena.
https://open.spotify.com/episode/1EHIxsycseKwsXuqKFkSau



Eunice Odio, la escritora y el mito

Más allá de la imagen mitificada de ella, hubo -existe- una genial escritora.

“…por la noche vivía la vida bohemia, y dormía e iba desperdigando mis escasas pertenencias en casas de amigas y amigos, mi ropa, mis libros, mis revistas, mis fotos, yo Remedios Varo, yo Leonora Carrington, yo Eunice Odio, yo Lilian Serpas (ay, pobre Lilian Serpas), y si no me volví loca fue porque siempre conservé el humor…”
Bolaño, R. (2011). Los detectives salvajes. Barcelona: Anagrama.
https://thestudio.uiowa.edu/iowa-literaria/?p=1751



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Esta descripción parece una imagen cinematográfica:

En 1956, el escritor rumano Stefan Baciu la conoce en México y nos deja de ella un retrato inmejorable: "…Fuimos invitados por el poeta panameño Rogelio Sinán a su casa. Súbitamente oímos desde abajo, desde el primer piso, la música de un tocadiscos. Mirando desde arriba, vi en el salón, en medio de una rueda formada por los invitados, la cabellera de una mujer que bailaba, haciendo círculos y más círculos en un ritmo cada vez más endiablado, con los brazos extendidos y la cabeza vuelta para atrás, mirando hacia el piso de arriba, o, mejor dicho, hacia el cielo. Mirando bailar a la mujer que iba a conocer pocos instantes más tarde, con un vaso de highbal en la mano, sudando, casi transfigurada por el baile, hablando con varias personas al mismo tiempo, mirándonos con sus maravillosos ojos de eurasiática, me di cuenta que así solo podía bailar la poesía, y la poesía llamábase Eunice Odio".
file:///C:/Users/User/Downloads/eunice-odio-1922-1974-939862.pdf
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La creación de las aves, de Remedios Varo.

[Octavio] Paz me dijo en el colmo de la solemnidad y de la seriedad: “Tú, querida, eres de la línea de poetas que inventan una mitología propia, como Blake, como Saint–John Perse, como Ezra Pound, y que están fregados porque nadie los entiende hasta que tienen años o aun siglos de muertos”. ¡Qué consolador! Y ahora se va a dar un quemón. Como profeta es una pantufla, quizás porque no es cierto que yo haya “inventado una mitología”. Todos esos personajes son arquetipos de la vida, seres vivientes, no dioses semejantes a los hombres, sino elegidos parecidos a los dioses.
Si pudiera abrir mi gruesa flor, poema de Eunice Odio.



Poema de "Daltónica"

Karla Bolaños (1983)

Transitar el duelo 1

Una eternidad.
Dicen que cuando una persona pierde un miembro de su cuerpo, sigue sintiendo que lo tiene y que incluso le duele. Eso sucede cuando se pierde físicamente a un ser amado, como una alegoría del vocablo saudade, "la presencia de la ausencia".

No hay respuestas a mis preguntas, solo sé que nuestra ruta tiene encuentros felices con gente bella y eso es precisamente lo que hace tan valiosa la vida.

Inevitablemente la extraño y la voy a extrañar siempre. Fue una amistad fundada en hermandad, respeto, solidaridad, amor y comprensión; en la cual no tenía cabida la envidia y la competencia. Desterramos este tipo de actitudes propias de una sociedad patriarcal como la nuestra, por eso nos escogimos en esta vida. Como bien dijo un amigo:

"Los amigos son la familia que escogemos, la familia que no nos rodea por obra de la casualidad, sino obedeciendo la estricta necesidad de las afinidades más profundas y la recia voluntad a perdurar. Los amigos son el tesoro más preciado."

Antes de su partida le envié este video (https://www.youtube.com/watch?v=Mig3Axrgx4M) por mensaje privado y le dije que era muy "boli" para postearlo, pero que esa vara de los 30's me estaba volviendo irremediablemente cursi; y eso sí, el video condensaba con cierta gracia lacrimógena el sentido de la amistad y que la quería infinitamente.

Mi amiga fue la mejor hermana del alma, reitero con todo mi corazón que si las Letras no nos hubieran juntado, la habría buscado en cada rincón, debajo de cada piedrita, debajo de cada conchita hasta encontrarla.


El árbol de higos

Vi mi vida extendiendo sus ramas frente a mí como la higuera verde del cuento.
De la punta de cada rama, como si de un grueso higo morado se tratara, pendía un maravilloso futuro, señalado y rutilante. Un higo era un marido y un hogar feliz e hijos y otro higo era un famoso poeta, y otro higo era un brillante profesor, y otro higo era E Ge, la extraordinaria editora, y otro higo era Europa y África y Sudamérica y otro higo era Constantino y Sócrates y Atila y un montón de otros amantes con nombres raros y profesiones poco usuales, y otro higo era una campeona de equipo olímpico de atletismo, y más allá y por encima de aquellos higos había muchos más higos que no podía identificar claramente.
Me vi a mí misma sentada en la bifurcación de ese árbol de higos, muriéndome de hambre sólo porque no podía decidir cuál de los higos escoger. Quería todos y cada uno de ellos, pero elegir uno significaba perder el resto, y, mientras yo estaba allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaron a arrugarse y a tornarse negros y, uno por uno, cayeron al suelo, a mis pies.


-Sylvia Plath (1932).


...en contra y adentro nuestro.

Ninguna está destinada o condenada a amar a nadie.
Los accidentes suceden, no somos heroínas,
suceden en nuestras vidas como los choques de autos,
como los libros que nos cambian, los barrios
a los que nos mudamos y que llegamos a amar.
Tristan e Isolda es apenas la historia,
las mujeres al menos deberían conocer la diferencia
entre el amor y la muerte. Ninguna copa de veneno,
ninguna penitencia. Sólo el pensamiento de que el grabador
debería haber atrapado alguno de nuestros fantasmas: que ese grabador
no sólo reprodujo sino que debería habernos escuchado
y podido enseñar a las que vienen después de nosotras:
esto fuimos, así fue como intentamos amar;
y éstas son las fuerzas que ellos alinearon contra nosotras,
y éstas son las fuerzas que nosotras alineamos en nuestro interior,
adentro y en nuestra contra, en contra y adentro nuestro.

-Adrienne Rich (1929)




Domingo 12 de septiembre

Domingo 12 de septiembre, 1937
a las dos de la mañana: nací.
De ahí mis hábitos nocturnos
y el amor a los fines de semana.
Me clasificaron: nena? rosadito.
Boté el rosa hace mucho tiempo
y escogí el color que más me gusta,
que son todos.
Me acompañan tres hijas y dos perros:
lo que me queda de dos matrimonios.
Estudié porque no había remedio
afortunadamente lo he olvidado casi todo.

Tengo hígado, estómago, dos ovarios,
una matriz, corazón y cerebro, más accesorios
Todo funciona en orden, por lo tanto,
río, grito, insulto, lloro y hago el amor.

Y después lo cuento.


-Ana María Rodas (Ciudad de Guatemala, 1937).


Historias de profe 1: Sábato

Nueve años atrás, trabajaba en un colegio privado y tenía una pizarrita informativa, ahí pegué el recorte del periódico que anunciaba la muerte de Sábato. Para mi grata sorpresa, una estudiante había leído su obra y se la recomendaba a los demás.
El año pasado, un estudiante no tenía libro para la "lectura diaria" que propone el MEP. En mi escritorio yo tenía "El túnel"y sin pensarlo mucho, se lo presté. A la semana siguiente me lo devolvió porque se lo había comprado, entonces, su compañero más cercano me pidió prestado el libro porque vio a su amigo entusiasmado. Que sea la lectura lo que nos contagie. ❤️

Día de la marmota


"Dar media vuelta y ver qué pasa allá afuera
no todo el mundo tiene primavera".


En esta nueva rutina, un solo cambio trastoca mi orientación en el tiempo…
¿martes, jueves…?
Se hace la luz en la sobremesa que ahora existe entre el Zoom y algunos whatsapp, por la risa y los poemas de mis amigas, la familia y la mascota, y por supuesto, los mensajes de mis chicos en la bandeja o en el blog. Así, puedo mirar sin recelo el “social media” y hasta amarlo como amé el Skype hace más de un lustro, cuando una relación no tuvo más remedio que optar por la larga distancia.
Otras hiperconexiones son abrumadoras: la réplica en cadena de saludos de colegas que resisten a las netiquetas, ¡ni Dante habría pensado en semejante suplicio!
Netiquetas… ¡el lenguaje es productivo!

2020: Repensar la enseñanza… ¿cómo conectamos?

¿Es quijotesco pensar en una democratización del acceso a internet?
La cuarentena por COVID también develó exclusiones sociales manifiestas en las velocidades de la red, entre otras brechas: las de ahora, las de siempre…

En este mismo escenario me llenan de entusiasmo dos sucesos: una mejor consciencia por parte de nosotros, los docentes, de las realidades de los estudiantes y el involucramiento de las familias con la enseñanza-aprendizaje de sus hijos.

El MEP y su profesorado realizan un esfuerzo sobrehumano, pues en muchos casos este consiste en una completa alfabetización digital, claro, sin dejar a un lado el “papelerío” estéril, quizás por aquello de “cada docente y su ética”. 
He aquí el otro punto sobre las íes: Hoy y siempre, no solo en tiempos del COVID, la actualización profesional debería tener categoría de máxima: quienes enseñamos, nunca debemos dejar de aprender. 

Asimismo, no dejo de pensar, ¿en qué momento la brecha entre educación pública y privada creció tanto? por supuesto, excluyo a la enseñanza superior, esa es otra historia y me quita el sueño… Por ahora solo sé que contra viento y marea, intentamos no desvincularnos. 

Todo este palabrerío lo escribo en la libreta que dicta la frase, “educar para una nueva ciudadanía” y es finalmente ahora -mea culpa-, cuando elevo la importancia de las habilidades blandas en los programas de estudio, más allá de lo académico, de lo remoto y lo virtual, de lo sincrónico o lo asincrónico de cada proceso.

Cenizas

Hemos dicho palabras, palabras para despertar muertos, palabras para hacer un fuego, palabras donde poder sentarnos y sonreír. Hemos creado ...