"Dar media vuelta y ver qué pasa allá afuera
no todo el mundo tiene primavera".
En esta nueva rutina, un solo cambio trastoca mi orientación en el tiempo…
¿martes, jueves…?
Se hace la luz en la sobremesa que ahora existe entre el Zoom y algunos whatsapp, por la risa y los poemas de mis amigas, la familia y la mascota, y por supuesto, los mensajes de mis chicos en la bandeja o en el blog. Así, puedo mirar sin recelo el “social media” y hasta amarlo como amé el Skype hace más de un lustro, cuando una relación no tuvo más remedio que optar por la larga distancia.
Otras hiperconexiones son abrumadoras: la réplica en cadena de saludos de colegas que resisten a las netiquetas, ¡ni Dante habría pensado en semejante suplicio!
Netiquetas… ¡el lenguaje es productivo!
2020: Repensar la enseñanza… ¿cómo conectamos?
¿Es quijotesco pensar en una democratización del acceso a internet?
La cuarentena por COVID también develó exclusiones sociales manifiestas en las velocidades de la red, entre otras brechas: las de ahora, las de siempre…
En este mismo escenario me llenan de entusiasmo dos sucesos: una mejor consciencia por parte de nosotros, los docentes, de las realidades de los estudiantes y el involucramiento de las familias con la enseñanza-aprendizaje de sus hijos.
El MEP y su profesorado realizan un esfuerzo sobrehumano, pues en muchos casos este consiste en una completa alfabetización digital, claro, sin dejar a un lado el “papelerío” estéril, quizás por aquello de “cada docente y su ética”.
He aquí el otro punto sobre las íes: Hoy y siempre, no solo en tiempos del COVID, la actualización profesional debería tener categoría de máxima: quienes enseñamos, nunca debemos dejar de aprender.
Asimismo, no dejo de pensar, ¿en qué momento la brecha entre educación pública y privada creció tanto? por supuesto, excluyo a la enseñanza superior, esa es otra historia y me quita el sueño… Por ahora solo sé que contra viento y marea, intentamos no desvincularnos.
Todo este palabrerío lo escribo en la libreta que dicta la frase, “educar para una nueva ciudadanía” y es finalmente ahora -mea culpa-, cuando elevo la importancia de las habilidades blandas en los programas de estudio, más allá de lo académico, de lo remoto y lo virtual, de lo sincrónico o lo asincrónico de cada proceso.
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